jueves, 30 de mayo de 2013

Las misioneras combonianas en S. Lorenzo (Esmeraldas) ECUADOR: 50 años de misión



La fiesta de los 50 años de presencia de las Misioneras Combonianas en S. Lorenzo (Esmeraldas) ECUADOR, la ha organizada la gente y nosotras hermanas la disfrutamos y gozamos con inmensa alegría y gratitud.
¿Cómo no conmoverse frente a una memoria tan viva de tantas combonianas, más o menos  cinquenta, que a lo largo de estos años han trabajado, amado, sudado, gozado y… en fin han hecho causa común con un pueblo que no olvida ninguna de ellas y que para cada una tiene palabras, reconocimientos, arrullos, abrazos, oraciones, cantos y danzas… que manifiestan como el carisma de Comboni ha unido sus hijas y su familia misionera a la vida, alegrías, luchas, sufrimientos y logros del pueblo de S. Lorenzo.
Un triduo de preparación, con una participación masiva, ha anticipado el día de la fiesta, domingo 26 de mayo, dando vida a la memoria de las combonianas ya con el Señor, pero siempre presentes en el corazón del pueblo, así como a todas las que han pasado dejando la huella de su consagración misionera.
En la liturgia del domingo, fiesta de la SS.ma Trinidad, al ritmo de tambores, guitarra, danza… el obispo de Esmeraldas, mons. Arellano ha recordado el inmenso amor de Dios para el pueblo de S. Lorenzo y ha resaltado la belleza de la vocación y misión de tantas hijas de Comboni que aquí, en este pueblohan dado lo mejor de sí mismas, dejando su juventud, salud, entrega… y recibiendo de la gente acogida, cariño, gratitud, colaboración…
La Iglesia ha caminado y ha crecido así como el cantón y la sociedad de S. Lorenzo han avanzado y progresado a través de tantas obras sociales que las misioneras han iniciado y que hoy continúan con la competencia y profesionalidad de personas preparadas: el hospital, la maternidad, la guardería, la escuela, el colegio, el instituto de educación especial, la formación y organización de las mujeres, la evangelización y vida de las comunidades cristianas… :un sinfín de bien que el Señor han sembrado en esta tierra fértil y en el corazón y en la vida de tantas familias y personas.
Un momento de profunda comunión ha sido la lectura de las cartas de varias misioneras que se encuentran hoy en otros países y continentes; con sus escritos han querido marcar presencia en esta fiesta de un pueblo, una tierra y una iglesia que para ellas ha sido madre, hermana, amiga…
Con más de 500 personas, grandes y pequeños,  sentado todos a las mesas de una grande sala, hemos compartido recuerdos, comida, emociones… una gran fiesta por la cual todas las hermanas estamos profundamente agradecidas a todos los grupos de la parroquia, a los misionero, a todo el pueblo de S. Lorenzo.    
28 de mayo de 2013 – las misioneras combonianas – Ecuador


50 AÑOS DE MISIÓN, CAMINANDO CON EL PUEBLO HACIA CRISTO



Decía Comboni, con santo orgullo,  en 1878, en una carta dirigida a la madre María de la Anunciación  ”¿Por qué el más pequeño e insignificante de los Institutos, como el microscópico que fundé en Verona, ha podido consolidar el apostolado de África Central …porque yo he sido el primero en hacer que colabore …el omnipotente  ministerio de la mujer del Evangelio y de la Hermana de la caridad, que es el escudo, la fuerza y la garantía del ministerio del misionero” (E. 5284).
Con un triduo de oración y animación misionera se preparó  el día de la fiesta de acción de gracias, recordando a las tres primeras Combonianas que llegaron al cantón de San Lorenzo en 1962 y las que han trabajado aquí durante estos 50 años; algunas de ellas ya gozan de la vida eterna, otras estás en distintas misiones del mundo y otras 6 siguen trabajando aquí. Todas, sin excepción,  han  dejando una profunda huella en el corazón y en historia de este pueblo.

El pasado 26 de mayo, domingo de la Santísima Trinidad, la familia comboniana junto con el pueblo sanlorenceño celebramos pues este gran evento. Los grupos parroquiales y los Movimientos apostólicos, incluidos los jóvenes de  América Misionera, organizaron la Eucaristía y la convivencia fraterna. Nosotras, las hermanas, junto con nuestros hermanos Combonianos y la gente de la parroquia la disfrutamos con inmensa alegría y gratitud.
Cómo no sentirse orgullosa y conmoverse al mismo tiempo frente a la memoria tan viva de las casi 60 Combonianas, que a lo largo de medio siglo han trabajado, sufrido y gozado con este pueblo de San Lorenzo, haciendo  causa común” con la gente, que no olvida a ninguna de ellas  y que se siente profundamente agradecido por su amor y servicio.  Esto lo expresaron vivamente la gente afro durante la fiesta, a través de los abrazos, oraciones, cantos, arrullos, danzas y entrega de placas.
En la liturgia del domingo, al ritmo de tambores, maracas y guitarras, el obispo de Esmeraldas, Mons. Eugenio Arellano, recordó el inmenso amor de Dios para el pueblo de S. Lorenzo y  resaltó la belleza de la vocación de tantas hijas de Comboni que aquí, han dado lo mejor de sí mismas: su juventud, salud, entrega y han recibiendo acogida, cariño y colaboración.



La Iglesia y la sociedad del cantón de S. Lorenzo han caminado, crecido y progresado a través de tantas obras sociales que las misioneras iniciaron y que hoy continúan con la competencia y profesionalidad de su misma gente: el hospital, la maternidad, la guardería, la escuela, el colegio, el instituto de educación especial, la organización de mujeres, la evangelización y vida de las comunidades cristianas… Un sinfín de bendiciones que el Señor ha hecho crecer en esta tierra fértil y en la vida de tantas personas.
Un momento de profunda comunión fue la lectura de las cartas de varias Hermanas que trabajaron en San Lorenzo y se encuentran hoy en otros países; con sus escritos han querido remarcar el recuerdo amoroso que tienen de esta tierra y cómo su estancia aquí les marcó su vida y vocación misionera. Alrededor de 500 personas entre  niños, jóvenes y adultos,    compartimos, no sólo los alimentos sino los recuerdos y la historia. En fin,  una gran fiesta por la cual todas las Combonianas estamos profundamente agradecidas con Dios, con todos los grupos  parroquiales, con  nuestros hermanos Combonianos y con  todo el pueblo de S. Lorenzo.    
Aunque si falta mucho por hacer en este cantón de Esmeraldas, las hijas e hijos de Comboni, unidos como familia misionera a las alegrías, sufrimientos, luchas y logros del pueblo, han dado y siguen dando  “vida y vida en abundancia” (Jn 10,10). Confiamos en Dios y en las futuras generaciones de misioneros y misioneras para que esta obra siga adelante.
28 de mayo del 2013
 Hnas. Daniela y Montserrat
 Misioneras Combonianas

jueves, 23 de mayo de 2013

TESTIMONIO desde la Misión de Sudán


suor Sandra Amado
Vivere la solidarietà è un atteggiamento e una risposta! Sono già cinque anni che sono stata inviata a lavorare in missione nel Sud Sudan. Sono una Missionaria Comboniana brasiliana e lavoro nel campo dell’educazione in questo Paese. Dall’inizio di quest’anno faccio parte del progetto “Solidarity with South Sudan”.
Il Sud Sudan è il più recente Paese ad essere riconosciuto nel nordest dell’Africa; prima apparteneva al Sudan. Il popolo del sud, però, non si sentiva bene sotto un governo musulmano. Lottarono durante vent’anni per ottenere la libertà. Quest’anno, il 9 luglio, hanno commemorato il primo anno di indipendenza con molti festeggiamenti e danze, ma le sfide sono grandi. Come anche in altri paesi, il petrolio esistente nel sottosuolo sembra più una maledizione che una benedizione! A soffrirne di più, per questo, è molto probabilmente l’area dell’educazione scolastica.
Il governo sta cercando di fare qualche cosa per migliorare il livello di istruzione della popolazione con programmi di addestramento per insegnanti, ma per il momento non si vedono risultati! È ancora la Chiesa che, vivendo in mezzo al popolo, cerca di aiutarlo a continuare come protagonista la sua storia di lotta per la libertà.
La Conferenza Episcopale del Paese ha chiesto allora, alle congregazioni religiose e missionarie, di collaborare nel campo sanitario preparando infermiere qualificate, e in quello dell’educazione preparando insegnanti per le scuole elementari. Per questo anch’io sto collaborando, con altre religiose e religiosi, nei programmi di preparazione di insegnanti del progetto “Solidarietà con il Sud Sudan”.

Lavoro nel progetto in una comunità formata da diversi religiosi e religiose, missionari e missionarie, laici e laiche, vivendo insieme. Siamo anche disponibili a spostarci nei vari centri disseminati nel Paese. Nella mia comunità di base, a Yambio, siamo in sei e ciascuno appartiene a paesi e a congregazioni diverse. L’obiettivo però è comune: abilitare gli insegnanti. Si tratta di una sfida, ma è anche gratificante!
Lavoriamo nelle scuole di Yambio e di Malakal, ma visitiamo anche piccoli centri che si trovano in una situazione precaria, dove la scuola è una capanna dal tetto di paglia. In questi luoghi la gente è avida di istruzione, e cammina più di due ore sotto un sole cocente pur di non perdere le lezioni! Sono donne e uomini forti, nonostante la povertà. Persone dignitose e capaci di ogni sforzo e sacrificio.
Per me, comboniana, vedo il nostro fondatore S. Daniele Comboni molto felice di questo progetto nel Sud Sudan, perché era questo che anche lui voleva! Persone qualificate e di buona volontà, provenienti da Paesi diversi, laici, missionari, religiosi lavorando insieme per la promozione degli africani.
Vorrei dire una parola ai giovani: tutto diventa grande, quando l’anima non è piccola!
Vale la pena, sì, rispondere senza paura all’impulso di fare qualcosa di più. Qualcosa che non sappiamo neppure da dove venga o che cosa sia. È la volontà di Dio che si manifesta in noi. È lo Spirito di Dio che parla al nostro cuore! Vieni, io ti chiamo! Va’, sono io che ti mando!