domingo, 13 de enero de 2013

NAVIDAD CHACHI



Es la primera vez que tengo la oportunidad de participar en la ceremonia de la Navidad Chachi en un Centro Ceremonial de esta etnia. 
Para ellos, la presencia de una misionera significa la acogida y el reconocimiento de la Iglesia por la inculturación de su fe, por los ritos culturales con las cuales expresan su amor a Dios.
 

Los Chachis inician la fiesta de Navidad el día 21 de diciembre con la elaboración de una bebida, el champoo, hecho de maíz. Las parejas que son casadas por las tres leyes: civil, eclesiástica y tradicional, son elegidas un año antes como fiesteros. Según la tradición, si una pareja no casada entra a la fiesta, el champoo se estropea y se queda agrio.  
El 21 las mujeres de estas parejas fiesteras  se reúnen en el Centro Ceremonial de la comu­ni­dad y empiezan con el lavado y remojo del maíz, para después molerlo. Los hombres traen de comer a las mujeres que están trabajando. Después de cocinada al fuego de leña, esta bebida es guardada en recipientes ben cubiertos para fermentar. 
El 24 por la mañana las familias se trasladan en sus canoas al Centro Ceremonial de Punta Venado: allí se reúnen las comunidades de  Rampidal – El Encanto – Playa Grande – Chihuatillo – y Pichiyacu, comunidades ubicadas a lo largo del Río Cayapas. Cada familia llega con su comida, toldo/mosquitero – ollas – leña… y todo lo necesario para pasar la fiesta de Navidad.

Los fiesteros empiezan la fiesta con la presentación de la bebida. Se dirigen en primer lugar al Niño Dios ofreciéndole velas, cigarrillos y perfumes… Toda la ceremonia se desenvuelve al son de la marimba. A las 7 de la noche los uni o “gobernadores” (máxima autoridad de los Chachis), prueban uno por uno la bebida, dando su visto bueno o mencionando el eventual fallo. En seguida los fiesteros empiezan a dar de beber a los hombres y cada uno se sirve del recipiente hasta acabar toda la bebida. Lo mismo hacen las mujeres de los fiesteros ofreciendo la bebida a las mujeres y a los niños. La bebida no es alcohólica, se parece a un atole y se toma hasta acabar.

A las 9 de la noche se pasa al “rito de la entrega de los cigarrillos”: Cada fiestero distribuye uno, dos o más cigarrillo a cada persona, iniciando por los hombres. Todos los reciben como un regalo.
La marimba acompaña cada momento de la ceremonia. A las 11 de la noche se pasa al rito del “perfume”: los fiesteros cogen el perfume ofrecido al Niño. Con un clavo caliente, cada fiestero perfora la tapa de una botellita, y la orden del gobernador, uno atrás otro, rocía cada persona: hombres, mujeres y niños hasta acabar el perfume. En este momento, se crea una sensación muy agradable por el aroma que invade el ambiente y las personas. Después de los participantes, los fiesteros se perfuman entre ellos.

A estos ritos sigue “la presentación de las nuevas parejas” para el proceso de casamiento. Las que ya conviven son sometidas al “cepo”. Sentadas en el suelo ponen el pie dentro del agujero de una madera cerrada por otra, y allí se quedan según el tiempo asignado por el gobernador: puede ser una o más horas, durante las cuales reciben también un cierto número de látigos. Los que van a ser sus padrinos pueden interceder con el gobernador para levantar el castigo, comprometiéndose a orientar la pareja para el futuro.
Después de esta prueba se pasa al “baile” de las mujeres: de dos en dos bailan con los gobernadores… Terminado este largo momento, la música continua tocando hasta el amanecer, mientras los participantes conversan, comen, descansan…

A las 6 de  la mañana del 25, un uni - gobernador toca dos antiguas campanas que los Chachis guardan como trofeo durante su resistencia a la conquista española. El sonido de estas campanas es sumamente armonioso. Al mismo tiempo, otro gobernador hace la entrega del Niños Dios a los fiesteros que lo colocan dentro de una manta larga seis metros y,  sostenién­dola entre ellos, avanzan en procesión hacia la capilla. Durante esta procesión se disparan cohetes. A la llegada, un gobernador coloca el Niño Dios en el altar.

A este momento se da la palabra a la misionera para la lectura del evangelio, una oración y reflexión. Este año me tocó a mí dirigir la celebración litúrgica. Después del canto leí el evangelio de Navidad y en la reflexión tomé la frase de S. Juan: “de su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia” que, según la cultura chachi, fue tan bien expresada con el rito del perfume que nos inundó a todos.

Un motivo que aumentó nuestra alegría fue el hecho de que dos personas habían nacido el 25 de diciembre: la señora Yolanda, esposa de un fiestero y el gobernador don Segundo.

Concluimos la liturgia con los dos cumpleañeros al frente y la bendición sobre ellos, de toda la asamblea con las manos extendidas. 

A este punto, el gobernador, celebra con rito chachi/tradicional el casamiento de las nuevas parejas. Otro uni aconseja a cada pareja acerca de la FIDELIDAD matrimonial, del cuidado y la educación de los hijos, del respeto mutuo y la observancia de la ley chachi, evitando así los severos castigos. El tercero gobernador toma una escultura de madera del Niño Jesús, la pone sobre la cabeza de cada esposo/a haciendo la señal de la cruz, finalizando con el beso de la imagen.
A este punto, un gobernador, hace el llamado a los nuevos fiesteros, elegidos para el próximo año y, saliendo de la capilla, son ellos que acompañan al Niño Dios a la Casa Ceremonial donde sigue la fiesta de los recién casados.
A las 10 de la mañana, el sonido de las dos campanas marca el cierre de la ceremonia con el regreso del Niño a la capilla, entre cohetes y música. El Niño Dios es colocado en un cofre de madera y allí se queda hasta la próxima Navidad.

NB - El Centro Ceremonial es un gran terreno abierto con una capilla y una casa grande dividida en el medio con tablas: al lado izquierdo están las mujeres y los niños, del otro lado los hombres. En Navidad se construye una casita/altarcito en el medio, para el Niño Dios.
 por Sonia De Jesús García – misionera en Sta. María de los Cayapas (Esmeraldas)

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