viernes, 15 de junio de 2012

Hna. Norma V. Allen Brown


¿Solo para ¿gente blanca?   

Hasta el momento, yo soy la única religiosa negra tica. En Costa Rica no hay muchos católicos entre la gente afro, así que es un gustazo compartir con ellos y con Ustedes, lo que significó esta vocación misionera en mi vida. Mi madre siempre dijo que la vida religiosa era solo para la gente blanca, que nunca me metiera en ese terreno; por eso, ni pensar poner mis pies en esos zapatos.

Sin embargo, un día, un amigo me llevó a un retiro y… me aconteció como a los discípulos de Emaús. Mi corazón empezó a calentarse, sentía una emoción tan grande al escuchar hablar de las misiones hasta el punto de levantar la mano y preguntar: “¿Puedo yo ser misionera?” Me respondió: “Si Dios te llama, sí”. “Pero – le dije - yo me voy a casar dentro de un mes”. “Entonces, ¡cásate!”
Decidí hablar con mi novio y le pedí que me dejara esperar un poco más para ver si Dios me llamaba. Llamé a mi madre y ella respondió: “Recuerda que eres negra”. Añadí: “Mamá, pero este Daniel Comboni vino, sufrió y luchó por nosotros los Negros. Tengo que obedecer a Dios antes que ti”. Con eso, mi mamá me dio la bendición, diciendo : “No puedo luchar contra Dios”.
Dejando mi país y mi familia, salí para el Ecuador, ya que las Misioneras Combonianas todavía no estaban en Costa Rica. Después de la Profesión religiosa y formación en Obstetricia, fui enviada al corazón de África, UGANDA, a un Hospital, encargada del departamento de pediatría. Años después completé mi preparación en los Estados Unidos con “Administración de hospitales” y eso me ayudó a realizar mi misión en Uganda, formando profesionalmente al personal sanitario. Coordiné la Pastoral de los Enfermos, fui encargada de los Estudiantes Jóvenes Cristianos (YCS) para su apostolado con los enfermos. Con las adolecentes, unas cien chicas, las preparaba para la danza litúrgica. Soy feliz de mis 26 años de vida compartida entre mis herman@s y con el pueblo africano. Podría compartir tantas otras experiencias, pero solo quiero decir: “Gracias San Daniel Comboni, por mi vocación”

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